domingo, 27 de mayo de 2007

¿quiénes son nuestros próceres?

Habiendo sido invitado a participar, me tomo el atrevimiento de publicar en el blog del amigo Julio con el objetivo de reflexionar acerca de quiénes son o a quiénes consideramos próceres los argentinos, o grandes personalidades, personas que hicieron grandes cosas por nuestro país a lo largo de nuestra historia, etc. Porque he notado que en este país estamos considerando como tal, o recordamos (o nos hacen recordar), con buena imagen a muchas personas que representan lo diametralmente opuesto al patriotismo y que en otros países tranquilamente serían desterrados y recordados por la sociedad como lo que real y objetivamente fueron (genocidas, vendepatrias, corruptos, ladrones, o lo que fuere). Y voy a pasar a algunos ejemplos para reafirmar la teoría: en Buenos Aires se recuerda a Carlos Alvear con el monumento más caro de esa ciudad y la calle más importante de Recoleta lleva su nombre; lo que mucha gente no recuerda es que este señor, cuando era Director Supremo y era inminente nuestra declaración de independencia, quiso deliberadamente entregar el dominio de estas tierras a Gran Bretaña; es decir, homenajeamos a un traicionero de la Patria.
Por otra parte, en la mayoría de las escuelas primarias e incluso secundarias, nos enseñan y nos muestran todo lo que Domingo Sarmiento hizo en materia de educación y nos lo hacen recordar como un prócer en ese sentido; pero poco se habla de, para mi, lo más importante de un verdadero prócer, que es su calidad humana, sus ideas más profundas; y no voy a dudar en decir que Sarmiento era un genuino genocida, terriblemente racista, discriminador y destructor de lo que para el era "antiprogresista", solo basta decir que fue, de alguna manera, el líder ideológico y luego material (durante su presidencia) de la "Conquista del Desierto", que acabó con más de quince mil indígenas y despobló la Patagonia. En realidad y en honor a la verdad, todos los dirigentes argentinos de la época ( siglo XIX) tenían la misma idea y contribuyeron a este genocidio: empezó Rosas y luego lo siguieron Avellaneda, Mitre, Sarmiento y la culminó Roca, el resultado: miles de indígenas cruelmente asesinados; curiosamente (o no) estos cinco personajes figuran en los billetes que utilizamos hoy en día, y así los recordamos y se nos forma automáticamente una buena imagen de ellos. Y hay más aún sobre Julio A. Roca: habiendo sido él quien dio el golpe de gracia a la raza indígena y los terminó de aniquilar, da nombre a las calles principales de casi todas las ciudades y pueblos de la Patagonia, como si siguiéramos pensando que estuvo bien llevar a cabo ese genocidio. Y la lista de ejemplos puede hacerse enorme y llegaría al más reciente, Ménem, a quien, luego de su desastroso y corruptísimo gobierno, luego de haber robado a más no poder y dejado el país con muy poco y destruído, lo homenajeamos con la victoria en la elección de 2003, más alla de que después se haya bajado.
En definitiva, considero que es vital que los argentinos no ignoremos nuestra historia y, por el contrario, la conozcamos como se merece y, principalmente, aprendamos de ella. Seamos críticos y recordemos como se merecen a estas personas y a las demás que nada de patriotismo han mostrado y poco por el bien de la gente han hecho, y no permitamos que esta clase de gente nuevamente suba a posiciones de poder. Y finalmente, recordemos con orgullo y admiración a aquellos verdaderos próceres a qiuenes les debemos la libertad de la corona española, a aquellos grandes patriotas (los Belgrano, Moreno, Castelli, San Martín, etc) y también a aquellos a quienes, por querer un país mejor y más justo para todos, o incluso injustamente, han sido perseguidos y matados, desde Moreno hasta hoy. Ojalá haya sido en vano ese intento de hacerlos desaparecer.

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